Había una vez un niño que era tan rebelde que nadie quería ser su maestra.
Siempre le daba clase la última maestra que llegaba al colegio porque en los colegios siempre coincidían los niños más rebeldes con los maestros y maestras recién llegados al centro.
El niño rebelde había cometido ya varias faltas de disciplina a sus 8 años. Se rumoreaba que alguna vez había robado algún bocadillo para comérselo y que pese a su aspecto descuidado, este había mejorado desde que empezó a ir al colegio.
Una mañana en el recreo el niño andaba buscando a su tutora que tardaba en llegar. Como nadie quería jugar con él porque no respetaba las normas siempre andaba dando vueltas perdidas por el patio...
Otra maestra nueva que andaba por allí y le vio despistado le llamó y le dijo:
-Tengo que enseñarte una palabra que no sabes.
El niño abrió bien sus ojos mirando de frente a la maestra y esperó.
-¿Conoces la palabra "injusticia"? dijo la maestra tras unos segundos de silencio.
-Ah, claro, sí, ya sé. El niño empezó a moverse inquieto y miró hacia otro lado. Entonces la maestra volvió a llamarle la atención cuando le dijo:
-¡Ah!¡Bien! Entonces dime una cosa ¿qué opinas tú de la injusticia?
El niño se vio sorprendido por la pregunta y confesó que en verdad no sabía lo que era "la injusticia".
Entonces la maestra explicó lo que era injusto con unos ejemplos relacionados con su realidad y el niño dijo: Claro, yo conozco eso, lo entiendo.
Se fue a jugar y pasó el resto del recreo tranquilo y sin ganas de rebelarse a lo tonto.
Siempre le daba clase la última maestra que llegaba al colegio porque en los colegios siempre coincidían los niños más rebeldes con los maestros y maestras recién llegados al centro.
El niño rebelde había cometido ya varias faltas de disciplina a sus 8 años. Se rumoreaba que alguna vez había robado algún bocadillo para comérselo y que pese a su aspecto descuidado, este había mejorado desde que empezó a ir al colegio.
Una mañana en el recreo el niño andaba buscando a su tutora que tardaba en llegar. Como nadie quería jugar con él porque no respetaba las normas siempre andaba dando vueltas perdidas por el patio...
Otra maestra nueva que andaba por allí y le vio despistado le llamó y le dijo:
-Tengo que enseñarte una palabra que no sabes.
El niño abrió bien sus ojos mirando de frente a la maestra y esperó.
-¿Conoces la palabra "injusticia"? dijo la maestra tras unos segundos de silencio.
-Ah, claro, sí, ya sé. El niño empezó a moverse inquieto y miró hacia otro lado. Entonces la maestra volvió a llamarle la atención cuando le dijo:
-¡Ah!¡Bien! Entonces dime una cosa ¿qué opinas tú de la injusticia?
El niño se vio sorprendido por la pregunta y confesó que en verdad no sabía lo que era "la injusticia".
Entonces la maestra explicó lo que era injusto con unos ejemplos relacionados con su realidad y el niño dijo: Claro, yo conozco eso, lo entiendo.
Se fue a jugar y pasó el resto del recreo tranquilo y sin ganas de rebelarse a lo tonto.
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