Desde el día 1 de septiembre ya no estoy de vacaciones, tampoco trabajando, ni buscando trabajo porque me van a llamar en unos días, según dicen las normas "a partir del 7 de septiembre". En estos momentos somos miles de profes en Madrid los que estamos en este "limbo". Podría solicitar la reanudación de la prestación por desempleo, pero es posible que se solape el proceso con el nuevo contrato y total...para que me lo quite hacienda por otro lado....que más me da. Mucha burocracia y mucha cola para cobrar una semana o diez días de paro...y las colas que hay con la que está cayendo. Así que me quedo sin cobrar , y sin cotizar, estos días y me ahorro unos cuantos paseos al Inem. Supongo que en una semana ya estaré trabajando, posiblemente el día 10 ya tendré UN DESTINO. Seré tutora de..... en...... y hasta........
No sabemos si convocarán un Acto Público para la adjudicación de las Vacantes disponibles en este inicio de curso. Si no lo convocan nos llamarán de forma aleatoria por Dats (distritos en los que se divide la Comunidad, cinco en total), convirtiendo esto del Destino en una ruleta rusa. Un mal Destino puede convertir el trabajo en una pesadilla. Si eso ocurre no hay escapatoria. Para trabajar de maestra interina hay que estar dispuesta a abandonar tu vida si llega el caso o quedarte sin trabajo. Como lo de quedarte sin trabajo es complicado si no tienes rentas, cuando te adjudican un destino muy alejado de tu hogar te tienes que mudar y asumir los gastos del deplazamiento por tu cuenta. Además de asumir las consecuencias personales de un cambio de domicilio instantáneo hay que cambiar el domicilio a nivel legal para poder ir al médico o matricular a tu hijo en un nuevo centro. Y si el nombramiento es provisional por una baja, mejor búscate una pensión baratita para poder mantenerte con el sueldo que te dan.
Para evitar esto bastaría con poder renunciar a un Destino que esté a más de 30 kilómetros de tu casa sin perder los derechos adquiridos y sin decaer de las listas que es lo que ocurre a día de hoy. Y si afinamos más se podría hacer una lista de los que renuncian a trabajar a más de 30 kilómetros de su domicilio en Madrid de manera voluntaria de forma que si se renuncia una vez durante el curso se pasaría a esa lista. Esto serviría para conciliar la vida familiar y personal con la vida laboral.
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