lunes, 17 de septiembre de 2012

¡Por fin se va Esperanza Aguirre!

Sin aclarar las verdaderas causas de por qué se va de repente, de un día para otro.
Pues no, señora Aguirre, una presidenta que de verdad sabe hacer su trabajo no se presenta a unas elecciones para dejar el cargo al año si no es por un motivo serio.
Decir que tiene nietos es tomarnos por imbéciles. Decir que es que estaba en política de manera provisional, después de 30 años, es tomarnos por gilipollas.
No decir que es por su enfermedad es engañarnos, reconocer que se presentó estando peor de lo que nos contó, que no era nada.
Llegó de manera extraña y se va de manera no menos rara. Todo en ella es confuso, histriónico, extravagante, esperpéntico.
El consuelo es que no tendré que soportarla ni un minuto más.

Adios señora Aguirre. Tanta paz lleve como descanso deja.