Algo se empieza a mover cuando profes, familias y estudiantes se unen para manifestar su hartazgo por el deterioro de la Enseñanza Pública de la Comunidad de Madrid. Ocho años de gestión del gobierno autonómico,en manos del Partido Popular, han sido suficientes para dejar a la educación pública en la indigencia.
Fruto de las políticas educativas de los peperos es la indignación que ha sacado a la calle al profesorado más concienciado con la responsabilidad social que su labor implica.
La Consejera de Educación se ha lucido hoy con unas declaraciones acerca del carácter político de la huelga. En cualquier huelga los trabajadores miden sus fuerzas con la empresa. Tomar el pulso a esta relación de fuerzas es hacer política, por supuesto que sí. Sí lo que pretende la señora consejera Lucía Figar es hacer la política educativa ella sola, sin contar con los profesionales de la educación, ni con los estudiantes ni con sus familias, ni tan siquiera tomar en consideración al colectivo al cual sirve desde su cargo, que se prepare porque ha llegado la hora de hacer política y solucionar de una vez por todas las reivindicaciones que le plantean SUS TRABAJADORES.
Y como el problema afecta también a la Sanidad Pública Madrileña, tendremos que terminar pidiendo la dimisión de la presidenta, Esperanza Aguirre.
¡AGUIRRE DIMISIÓN!
(de mujer-política a mujer-política)
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