En algún sitio leí que se empezaron a contratar funcionarios "para toda la vida" para evitar que con cada nuevo gobierno se cesara a todo el mundo para que entraran los afines al nuevo gobierno. Parece ser que así no se puede administrar un estado, cambiando al personal según el antojo del jefe de turno. El aumento de la precariedad laboral a la que estamos siendo sometidos los trabajadores de la enseñanza (se cifra en un 20% de funcionarios interinos del total de los funcionarios dela enseñanza pública) permite a nuestros jefes quitarnos y ponernos cómodamente para que así ellos puedan pedir cada poco tiempo nuevos perfiles profesionales. No se les ha ocurrido aplicar esa vieja fórmula de formar a sus trabajadores para adaptarse a los cambios. Mucho más cómodo es despedir a unos trabajadores para poner a otros, o despedirlos un año porque ya no valen y al año siguiente, sin el menor sonrojo, volverlos a llamar para hacer lo mismo.
No hace muchos años a los médicos interinos los trataban fatal. Ahora resulta que nos hemos quedado sin médicos. Tal vez en unos años también falten maestras y maestros porque como nos sigan tratando tan "malamente" nos vamos a ir a ejercer a América, un suponer.
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